La intervención de este tipo de escenarios implica un trabajo interdisciplinario más profundo y un análisis detallado de velocidad, caudal, profundidad, posibles remolinos e inundaciones, así como la recolección de información de contexto que permita identificar los puntos donde fueron arrojadas las víctimas, las condiciones en las cuales se encontraban los cuerpos antes de ser arrojados –completos o desmembrados– y su recorrido (EQUITAS, 2009).

Es necesario que en cuanto a las riberas y zonas aledañas se efectúe un recorrido etnográfico que permita establecer la presencia de cementerios comunitarios o públicos, donde se hubieran inhumado las víctimas que quedaron atascadas en la superficie de los ríos y que fueron recuperadas por los pobladores del lugar (EQUITAS, 2012).

Las estrategias de búsqueda para este tipo de escenarios deben contemplar técnicas y metodologías alternativas como la recuperación de información geohidrológica, el modelamiento de las dinámicas fluviales y el abordaje interdisciplinario con la intervención de expertos en arqueología subacuática.